¿Para qué ha servido el secuestro de El Jueves? 4 agosto, 2007

Cosas para las que ha servido el secuestro del número 1573 de la revista satírica El Jueves: 

-Para desacreditar al Gobierno, desenmascararle de su supuesto (o más bien suponible) carácter progresista y revelar de nuevo que el PSOE, como tal, no es un verdadero partido de izquierdas.

-Para demostrar una vez más la cara dura, el oportunismo y la hipocresía del PP, al salir Acebes en los medios defendiendo la libertad de expresión de la revista.

-Para dejar constancia de la vacuidad e insustancialidad, cuando no de la absoluta falta de sinceridad, del discurso político, al haber demostrado ambos partidos su ambivalencia al no posicionarse claramente ni a favor ni en contra del secuestro, manteniendo por un lado posturas condenatorias hacia la portada de la revista satírica y por otro lado desligándose de la decisión judicial y del secuestro o abogando sin ambages por la libertad de expresión.

-Para obtener el contraproducente resultado de conseguir que la portada en cuestión, y por ende la revista que la publicó, alcancen unos niveles de difusión, publicidad y popularidad sin precedentes, al acaparar la atención de numerosos medios nacionales e internacionales, multiplicar su presencia en la Red y alcanzar incluso los números vendidos precios exorbitados en las subastas de Internet. 

-Para demostrar la casi utópica y sincera libertad de expresión que existe todavía en la Red de redes, al ser el medio por el que, con diferencia, se ha podido difundir la portada secuestrada, y debatir y criticar con absoluta libertad acerca del tema.

-Para reabrir de nuevo el nunca silenciado (aunque se pretenda silenciar) debate sobre la precaria legitimidad (que no legalidad) de la Monarquía, y por oposición sobre la opción de una III República Española verdaderamente legítima. 

-Y por último, para demostrar de nuevo lo irracional, lo injusto y sobre todo lo obsoleto de la institución monárquica:

Irracional por identificar la institución con las personas que encarnan dicha institución, y ser por ello imposible separar un insulto (que no era tal) dirigido a Leticia y Felipe (por usar este ejemplo) con un insulto a toda la Corona. Una situación ésta que da lugar por tanto a una serie de privilegios evidentes, que la Monarquía obtiene de facto al estar protegida por la Constitución.

Injusto porque con todo esto queda de nuevo demostrado que, a efectos prácticos, la Familia Real no es igual que el resto de los españoles.

Y obsoleto porque, a estas alturas de la historia y de nuestra democracia, el secuestro de publicaciones satíricas, los reyes y todo este asunto suenan así como bastante extraños. Inquietantemente extraños incluso.

Viva la República, y que vengan ahora a censurarme también este blog.